viernes, 3 de junio de 2011

LA PANTORRILLA (Cuentos Oscuros Para Leer con la Luz Encendida)


                                                  La Pantorrilla

La luz se había ido, no podía ser casualidad...
No había viento, las ventanas no se precipitaban contra sus marcos provocando esos estruendos agónicos de las películas de terror y la lluvia torrencial no ametrallaba la tierra dejándola sorda y ahogada. Pero la luz se había ido y no podía ser casualidad...

Una hora, veintitrés minutos y algunos segundos antes, el teléfono había sonado, pero cuando contesté, cortaron...
En la oscuridad, las pupilas se dilatan, el silencio se apaga y los miedos se acrecientan.
El frío me quebraba la espalda, hacía ya un rato que estaba sentado en el piso apoyado contra la pared, desnudo, húmedo, sin más atuendo que la toalla casi mojada con la que el apagón me encontró a la salida de la ducha. El coxis me hacía ver las estrellas del dolor, la posición que había elegido para defenderme del terror, era antinatural, pero era la que más seguro me hacía sentir. Estaba tiritando...
El brazo izquierdo, como recorrido por un rayo, se me lleno de dolor. Respire profundo, pero el dolor solo se intensifico. La escasa  visión de la cual la oscuridad me permitía valerme se me abarroto de una neblina amarillenta y en la boca, un sabor metálico me gano las encías...me recosté en el piso, sobre el brazo dolorido y con la mano derecha  sujeté  la huesuda pantorrilla que se me acerco en silencio y trate de hablar… pero no pude, no pude más nada.
 Cuando volví a alzarme sobre mis piernas, ligero, volátil, me vi en el piso, desnudo, acurrucado y blanco.
La luz volvió a los pocos minutos, brillante, clara y amarilla, exactamente igual que antes de que se fuera.
                                                                          s.s

                                                          -.Muerto.- s.s



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