martes, 13 de septiembre de 2011

"EL ESCRITOR" (COATING ART) Sebastián Santamaría



La dualidad de lo sereno y lo delirante, la agonía y el descanso, el encierro y la libertad.
Busca en tu mente, en esa cripta mágica de silencios y palabras donde tu pluma sangra la tinta de tu pensamiento.   Muere y hazte eterno, crea tu mundo  y libera tu alma de fantasmas. Regálales las historias que aprisionas entre las paredes de tu pensamiento y nunca dejes que la oscuridad haga secretos de tus profundidades.
                                                      S.S
(Modelo:Lucio Rinaldi - Cantautor, Artista)


domingo, 11 de septiembre de 2011

"EL PASAJERO" (Mis Relatos Desgramtizados)

El Pasajero

No hay placer más grande para mí, que subir al colectivo, caminar hasta el fondo, bien al fondo donde no llegan ni las viejas ni las embarazadas a pedirte el asiento y sentarme en una butaca contra la ventanilla y leer hasta mi destino. Conseguir asiento de primera, es decir, sin esperar varias cuadras a que alguien llegue a “su” destino y desocupe uno, es bastante complicado en esta ciudad, por lo que, si así ocurre, es para mí como una señal divina que me indica que todo durante ese día, va a ser maravilloso.
Pero el conseguir un buen asiento, es solo el principio... el ritual ansiado todas las mañanas y no siempre logrado, continua extrayendo de mi bolso, una especie de...concha, aunque admito que me da un poco de pudor nombrarlo de esta manera, pero así se llama...que me acompaña en mi vida como la suya a un caracol, una de esas toallitas humedecidas con desinfectante y limpio minuciosamente el vidrio de la ventanilla que me toca ocupar. Si alguien me pregunta, yo, con mi mejor cara, respondo que es para aprovechar la luz, para ver sin la mínima dificultad el paisaje o simplemente les digo lo que mi alma dicta en ese momento que, por lo general, es la conocidísima pregunta ¿Y a usted que le importa?
En realidad es, esto de la limpieza digo, para quitar el cebo, el aceite vital que queda impregnado, seco en el cristal después de que algún desaprovechado de estas oportunidades  y de cutis de dudoso  acendramiento, se queda dormido apoyando su cara, o su frente grasosa contra la translucida ventanilla. Algo repugnante...
Luego de repasar concienzudamente el cristal, de hacer un cuadradito con la toallita ya mugrienta, coloco todo dentro de una bolsita de nylon que siempre llevo, precavido, en mi "bolso-concha" para estos menesteres y vuelvo a depositar la bolsa en su lugar...extraigo una segunda y a veces hasta una tercera y una cuarta toallita húmeda, según lo mande la ocasión, y me dedico a borrar con sumo cuidado las inscripciones que se encuentren dibujadas en la parte trasera del asiento de adelante...no sé en otras ciudades del mundo, pero en la que me toca vivir, algunas personas escriben verdaderas biografías en la parte trasera de los asientos de adelante de los colectivos... Yo tomo el recaudo de borrar una y cada una de las cosas que ahí están inscriptas, por el simple motivo de que, tantas letras, me confunden...las letras que me dispongo a leer y las letras dibujadas en la parte trasera del asiento de adelante, a veces se me entre mezclan... una vez, juré por mi vida que la escena segunda de Macbeth del gran W.S. comenzaba de la siguiente manera...

Dunc- ¿Quién es este hombre ensangrentado? A juzgar por su aspecto el podrá relatarnos la situación actual de la revuelta...
Malc.- Es el sargento noble y valeroso que impidió mi captura en batalla. ¡Salve, mi bravo amigo! ¡Los pibes de Morón te vamos a quemar el estadio!¡Chicago corre y corre!¡Chicago cagon!¡A Liniers lo copa Morón!-

La coherencia temática, digo por la violencia del párrafo, me llevó a tal confusión, que la noche misma en la que leí la historia, me encontré enfrascado en tamaña discusión con quien era mi profesor de literatura. El que decía que no, yo que decía que sí...el que juraba que no, yo que juraba que si...el que volvía a decir que no, yo que levantaba la voz, el que me miraba sorprendido, yo que levantaba un puño, yo que era sacado por tres o cuatro mastodontes pertenecientes a la seguridad privada del instituto…
Me dí cuenta de mi falta, cuando al día siguiente decidí releer el conflictivo fragmento y me dí cuenta de que en realidad, este decía:

Dunc- ¿Quien es este hombre ensangrentado? A juzgar por su aspecto el podrá relatarnos la situación actual de la revuelta...
Malc.- Es el sargento noble y valeroso que impidió mi captura en batalla. Put… (puntos suspensivos) barata, sucia y gedienta...que te garch… (puntos suspensivos) tu viejo!!! (Los puntos suspensivos son porque, no seré yo quien repita estos improperios...)

Inmediatamente al leer esto, me di cuenta de dos cosas, la primera, que efectivamente había confundido el texto original con uno que se encontraba escrito delante de mí en el asiento dispuesto, delante de mí. Y la segunda, que nunca jamás volvería a leer al descarado W.S...cuyos escritos, estaban repletos de semejante violencia verbal y discriminación hacia el género más bello y delicado de nuestra creación, como lo es, es género femenino.

Pero siguiendo con mi ritual de, ojala fuera, todos los días…una vez que logro borrar las letras y dibujos para evitar confusiones como la ya descripta, de uno de los bolsillos de mi campera vuelvo a ejercer el verbo "extraer" para asir mis lentes y colocármelos en su lugar, es decir, de lante de los ojos, los cuales durante todo este acto, mantengo cerrados por una cuestión de "acostumbramiento". Una vez que los lentes están donde deben, cuento de atrás para adelante de quince a cero con una diferencia de un segundo entre número y número y cuando el cero suena en mi cerebro, con la lentitud de una mucama que trabaja por hora, abro mis ojos, ya acostumbrados al aumento de las lentes.
Con el cristal limpio, las letras intrusas cuidadosamente borradas, los lentes colocados, doy lugar al siguiente paso, que consta de la colocación, dedo a dedo, de un par de guantes de látex, estilo de los que usan los cirujanos, que tengo la prevención de cambiar en cada viaje. Esto, lo de colocarme los guantes, lo veo imprescindible, ya que me casusa repulsión manosear las hojas que, por más nuevas que sean, alguien manoseo antes, sin saber siquiera, si se las habrá lavado previo a hacerlo...
Con los cristales limpios, las letras intrusas cuidadosamente borradas, los lentes colocados y los guantes en su lugar, me dispongo a sacar de mi "bolso-concha", el ejemplar que haya elegido para leer ese día.
Por lo general, me tomo el trabajo de envolver los libros en papel film antes de colocarlos en mi bolso, para resguardarlos de rayones en sus portadas o machucones desprolijos, como así también del aire impuro que circula por fuera de mi biblioteca, sagrado templo del saber…
 así que una vez en el "exterior" paso a desembalar los libros de su respectivo papel film, y los coloco dentro de una funda de cuerina marrón, humedecida apenas con perfume de rosas, sin alcohol…el alcohol también podría arruinar las delicadas tapas de mis libros, además de ser una droga legal de consumo masivo, y bien saben quiénes me conocen, que me caracterizo por no dejarme llevar por la maza…
Cuando he dado todos los pasos, cuando el cristal, el asiento de adelante, los lentes, los guantes, el libro, todo está dispuesto, me tomo un par de minutos para mi momento previo de "relajación"...vuelvo a cerrar los ojos, respiro profundo con una respiración costo diafragmática digna de un yogui hindú y repito mi mantra favorito seis veces y media, de la siguiente manera:
-Patatero patatín…patatín patatero
Patatero patatín…patatín patatero
Patatero patatín…patatín patatero
Patatero patatín…patatín patatero
Patatero patatín…patatín patatero
Patatero patatín…patatín patatero
Patatero patatín…
Concluida mi sesión de relax, y con todas las demás disposiciones dispuestas… desenfundo mi libro de su cubierta de cuero perfumado con perfume de rosas sin alcohol, lo envuelvo con cuidado en una lámina de papel film, lo dejo dentro de mi bolso-concha. Me quito los guantes de látex…me quito los lentes, guardo todo en su lugar, me levanto de mi butaca, toco el timbre que anuncia que quiero bajarme del colectivo y cuando este se detiene y el chofer tiene la buena voluntad de abrirme la puerta, bajo del transporte, con la frustración de, otra vez, no haber llegado a tiempo de leer, ni una sola línea.
                                     S.S
    S.S

miércoles, 7 de septiembre de 2011

ESPEJOS (Mis Canciones Ilustradas)

ESPEJOS

Que verás en mis ojos
Que tanto miedo te da
Será tu reflejo
Será la culpa que te invade
Serán mis ojos
Espejos, espejos
Espejos, espejos

Que oirás de mis labios
Que tanto miedo te da
Serán tus mentiras
Serán el secreto que revelo
Serán mis ojos
Espejos, espejos
Espejos, espejos

Que verás en la gente
Que tanto miedo te da
Serán tus miserias
Será las condenas que mereces
Serán mis ojos
Espejos, espejos
Espejos, espejos

 -.ESPEJOS.- s.s